Creando Realidades



¿Recordás cuando eras un niño/a y te ilusionabas por todo? ¡Tenias grandes sueños, todo era una aventura! Te ilusionabas por la noche de reyes o papá Noel, ni siquiera sabías como se las arreglaban para poder traer a todos los niños lo que estos habían pedido, pero no te preocupaba... Sabías que lo tendrías. Cuando llovía pisabas los charcos. Te encantaba ponerte las botas de lluvia para poder meter el pie dentro del agua. Al llegar la primavera te ilusionabas cuando veías la primera mariposa y las primeras flores. Soñabas con tener una mascota. Cuando tus padres te decían que ibas a ir a la playa o a la montaña de excursión, soñabas toda la semana con eso.

Pero poco a poco, la ilusión se fue apagando. Y con ella tus sueños. Empezaste a escuchar a tus mayores, ellos eran más realistas, sabían lo que era bueno para vos. Empezaron a decirte que no pisaras los charcos en invierno porque te resfriarías. Te advertían de que posiblemente llovería el fin de semana y que no podrías ir a la playa o a la excursión. Descubriste que los reyes y papá Noel eran tus padres. Cuando se te posaba una mariposa en el hombro la apartabas de un manotazo. Las flores empezaron a producirte alergia debido al polen. Tuviste tu primera mascota pero cuando murió la pasaste tan mal que decidiste no volver a tener otra. Te convencieron de que tus grandes aspiraciones podían frustrarte y te llevaron por el camino más seguro y "lógico".

Poco a poco dejaste de ilusionarte por las cosas. No es que no quisieras ser u obtener cosas o experiencias que te gustaban y amabas, pero empezaste a tener miedo... En lugar de ilusionarte, te preocupabas por si eso no se fuera a dar. Ya no tenías la fe de que los reyes vinieran sí o si, o de que papá Noel se las arreglara para entrar a tu casa en plena noche. Si tenías que ir de excursión el fin de semana, empezabas a ver las noticias para constatar si haría o no buen tiempo. Dejaste de centrarte en todas las cosas buenas que harías en tu excursión para pasar a preocuparte por si llovería o no, por si habría caravana de autos o cualquier otra cosa que te impidiera disfrutar de lo que realmente querías.

Tus sueños se fueron apagando y con ellos tus ilusiones, tu entusiasmo, tu amor por la vida. De repente, con el tiempo, un día despertaste y te preguntaste ¿Cuál es el sentido de la vida? Empezaste a tener pesadillas. Por las noches te despertabas a menudo. Empezaste a sentir cansancio. Qué sentido tiene hacer todo lo que estás haciendo ¿Acaso hemos venido a este mundo para esto? ¿Qué hago yo aquí?.

Te pregunto...¿Cuál será tu final?

Todo apunta a que el final será en tu lecho de muerte, mirando atrás y dándote cuenta de que todo ha sido una gran mentira. Que tu mente creó todos esos problemas que nunca jamás llegaron a suceder. Y así pasaste tu vida angustiado hasta que fue demasiado tarde. Tu vida había pasado por delante de tus ojos y la habías desaprovechado. Llorando, te resignas a morir, sabiendo que todo podría haber sido diferente. El infierno en esta tierra es encontrarte de frente con la persona que podrías haber sido y mirarla a los ojos.

Llegamos a este mundo sin manual de instrucciones, sintiéndonos desamparados, e intentando aprender qué es esto de vivir. Qué sentido tiene. El ser humano se pasa la vida intentando resolver este gran misterio que algunos logran desvelar al final de sus vidas y otros no lo conocen jamás. Estamos tan ajetreados con los quehaceres cotidianos que no tenemos tiempo para pensar. No tomamos perspectiva de las cosas y no nos damos cuenta de que nada sucede por casualidad. Que todo el universo se rige por una leyes. No sos un corcho flotando a la deriva en el medio del mar. En realidad vos tenés tu propio barco, y tenés velas y un timón para dirigir tu vida hacia donde vos quieras.

La verdad de todo esto, es que estamos hechos a imagen y semejanza del creador. Nacimos creadores y nuestra misión es CREAR. Cada uno de nosotros hemos nacido con unas cualidades únicas. Hemos venido aquí con una misión. Nuestra alma se acuerda, pero nuestra mente interfiere. Tenemos que aprender a calmar a la mente y a escuchar más al corazón. 

La vida es un espejo que refleja nuestra actitud. Si nos fijamos, todo lo que nos ha acontecido en la vida de alguna u otra forma lo hemos pensado y lo hemos atraído hacia nosotros, ya sea de forma directa o indirecta.

Como le dijo Paz a Brenda en "El Reino de Fairiel", cuando la ayudaba a entrenar para el torneo de jabalina: "...Piensa en positivo y no dudes de tus capacidades NUNCA. Piensa que ya ganaste y así será...Pide con fe y se te dará". DEJA QUE TUS SUEÑOS SEAN MAS GRANDES QUE TUS MIEDOS Y CREA TU PROPIA REALIDAD, LA QUE TU QUIERAS. 

Cuando eras chico sabías lo que querías. Hacías caso a tu alma. Pero poco a poco fuiste sustituyéndola por tu mente. Ahora ella domina tu vida, pero tu alma se queja. Lo hace tan sutilmente que apenas lo percibes. La mente es muy ruidosa y tu vida es tan ajetreada y distraída que apenas tenés tiempo para escuchar ese susurro en tu interior.

Pero vos tenés un propósito. Viniste aquí por una razón. Formas parte de un puzzle enorme que es este universo en el que cada uno tiene su función. Y no existen piezas de más en el universo. Sos tan importante que ni vos mismo todavía te lo imaginas.

No podes irte de aquí sin hacer lo que has venido a hacer. Y si no lo haces repetirás curso. 

¿Vas a tener la valentía de hacer lo que tu alma quiere? ¿O dejarás que tu mente con sus dudas, preocupaciones y miedos te impida soñar y cumplir tus sueños?




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

LAS HADAS Y LA CUARTA DIMENSIÓN

¿Cuántas veces escuchaste una historia sobre hadas y deseaste con todo tu corazón que fuera real? Después con el tiempo te convencist...